domingo, 31 de agosto de 2008

Una carta màs...

A MI MADRE.

A la mujer que cambio decenas de veces de vestido y de rostro, a los ojos verdes y profundos de la fortaleza, a aquella luchadora por naturaleza, a la mujer que se sacudió el miedo y avanzo. A la mujer que es feliz al bailar… A la que intenta ser ante todo, a la que me pide respeto. La que exige verdad, la que no le teme a la muerte, la que convive con sus pesadillas y sabe saludarlas, también despedirlas. A los pasos rápidos y fuertes de sus tacos altos, al irse y al regresar. A sus llantos. A la gran artista, a la gran creativa, a la mujer profunda e inteligente. A la científica que me contó que había otra percepción. A la energía acelerada de sus malos entendidos. A la mujer que muchas veces no supe entender, a la mujer que no conocí, y que cada día voy conociendo… A este ser… A esta mujer, bella y fuerte. De corazón, húmedo, vivo y sensible le deseo que se pueda sacar la mochila del pasado, que con ella haga una hoguera y dance su compás del tambor del corazón…


Victoria Chaya Miranda

Brebaje.

Era llevaba un vestido con flores rojas y anaranjadas, blanco, largo y deslumbrante.
Sus ruborizados rizos se hallaban felizmente enredados en hilos de oro, reían y bailaban una suave melodía de violín. Nia miraba a su madre y a las mujeres que con ella, bebían de sus copas el sabroso jugo con su fuerte y atrapante sabor. Era miro a su hija profundamente, vio la inquietud de sus ojos, se acerco a ella y le mostró un largo pasillo, su hija la seguía de cerca. Llegaron a una fuente de mármol, con figuras de dragones y mujeres. Nia algo desconcertada e irónica miro a su madre sin comprender. Era sonrió y, sin palabras adornadas, abrió la válvula de la fuente y lleno una pequeña botella labrada de un liquido color plateado algo opaco. Nia sedienta miro la botella y bebió hasta el fondo. Una risa profunda que nacía desde lo mas profundo de su bajo vientre se desprendió de su boca. Etima alcanzo a su hermana y a su madre, al ver a Nia bebiendo ese extraño liquido y riendo con una risa tan profunda como el mar, se alarmó, como habitualmente lo hace ante cada circunstancia de la vida, e intento detenerla. Era se retiro sin mirar a cada una de sus hijas y sonreír, dio sus rápidos pasos por el pasillo y desapareció entre danzas de polleras y vestidos brillantes. Las dos jóvenes hermanas se miraron, en silencio. Nia, intento convencer a su hermana del delicioso sabor de aquel brebaje y continuo bebiendo y bebiendo y bebiendo… En Etima una fuerte curiosidad en forma de cosquilleo, recorrio su cuerpo y tras sentirse convencida por su inquieta hermana descreída bebió algo del brebaje. Espero, horas, y siguió esperando mas y mas horas y ningún cambio, ninguna sorpresa llego a su alma, mientras Nia continuaba riendo y bailo una profunda danza que duro hasta la noche siguiente.
Al los 2 días, Nia tomo algo de sus cosas, abrazo a su madre y decidió, emprender el camino por la empinada colina que la conduciría hasta lo mas profundo de la tierra. Y Nia sabia que si lograba llegar hasta allí, iba a escuchar los secretos de su corazón, que solo se oyen en aquella profundidad. Etima se entristeció mucho ante la partida de Nia y fue, algo disgustada a ver a su madre. Era le dijo que la confianza en los latidos del corazón despiertan. Y que el solo hecho de no tomar con amor aquella oportunidad de crecer, es un acto de ceguera, ya que es la propia mente la que mueve la existencia de cada ser, de cada mujer y de cada diosa. También afirmo que cada mujer es una misión hecha espíritu y que cada una descubre entre sus secretos aquello que debe suceder.

El amor de la ciguapa.

El amor de la ciguapa.

Las ciguapas son míticos y salvajes personajes femeninos que habitan las selvas de la Republica Dominicana según el folclore de esa región. Son mujeres bellas, misteriosas, de cabello muy largo, al que usan como vestidura que cubre su desnudo cuerpo, tienen los pies al revés por lo tanto es imposible seguir sus pasos. La única historia que he creído de estos personajes es la de un amigo de mis abuelos llamado Vicente el era de misiones como mis abuelos y me contó este extraño suceso. Vicente era aventurero y de carácter fuerte de joven, recorría Latinoamérica cada dos por tres, en busca de soledad o quien sabe que. En su último viaje introdujo en la selva de la Republica Dominicana varias semanas con todos sus instrumentos de supervivencia, no muy lejos de un pequeño pueblo donde podía encontrar alimentos y unos precarios almacenes si caminaba varios kilómetros. Una tarde, se dirigía en busca de provisiones a aquel pueblo que antes les nombre y sintió unos extraños ruidos detrás de un árbol. Cuido sus espaldas algo aterrorizado y siguió caminado. Esta escena se repitió varios días…Hasta que una noche mientras miraba la luna y jugaba con su linterna. Alumbraba a las direcciones que se le cantaban de la selva , y descubrió en la rojiza tierra dominicana unas pisadas pequeñas. Por su deducción eran femeninas, pero las pisadas conducían a el, así que el terror volvió a sacudirlo y pensó en la conocida leyenda de las ciguapas Fue contra la dirección de las pisadas, si era una de ellas, allí estaría. Vicente temblaba (inclusive cuando me lo relataba le temblaban los labios como si reviviera a esa selva), y de las cercanías a un arroyo pudo alumbrar con su linterna, unas caderas hermosas y desnudas enviadas por algún rey del fuego, (según la poesía de Vicente al relatarme), un cabello largo y cobrizo que cubría su desnudez, y unos brazos largos enviados por algún dios del aire. Finalmente miro sus pies…Si, era una ciguapa no había duda sus pies estaban al revés. Vicente quiso alumbrarle el rostro pero la ciguapa se cubrió su cara con una planta y luego de un salto rápido se lanzo sobre el. Vicente creyó que iba a matarlo cuando ella lo abrazo y comenzó a acariciarlo y a besarlo. Aun no veía el rostro de la extraña criatura pero se vio embobado por semejante pasión y belleza… Ya se imaginan lo que ocurrió en plena noche de luna cuarto creciente de la selva dominicana con estos dos cuerpos en encuentro…Lo cierto es que la ciguapa le comunico que el no podía mirarle el rostro que eso lo lastimaría. La ciguapa se hizo una especie de mascara con hojas de colores para cubrirse. Vicente y la ciguapa estuvieron días enredados en una hermosa pasión, se sentían cada vez mas atraídos. Pero Vicente no podía dejar de sentirse tentado por descubrir el rostro de esa mujer, ver los ojos de quien estaba amando. Una noche ella dormía y Vicente quito la mascara de su rostro…Vio la cara mas hermosa que jamás había visto con una piel increíblemente suave, la ciguapa abrió los ojos, ojos verdes, hipnóticos, como llenos de mar, que ahora estaba turbulento por la ira de sentirse traicionada. Lo empujo y comenzó a gritar con unos sonidos horrorosos y ensordecedores, que retumbaron en la cabeza de Vicente causándole un dolor profundo. La ciguapa corrió hacia un arroyo que se hallaba como una olla profunda, en plena selva, lo miro a los ojos con la pena y el llanto mas profundo que vio en su vida y se lanzo contra una roca que estaba en el centro de dicho arroyo desde las alturas en las que se hallaban. Vicente que había perseguido a la ciguapa intentando detenerla lanzo un profundo grito, un grito según el, irrepetible. A los pocos días del suicidio de la mágica mujer de cabellos color tierra, Vicente se hallaba en Misiones solo y silencioso. A la siguiente noche de cuarto creciente perdió la visión. Los únicos ojos que recuerda son los de la ciguapa, luego comprendió que ella lo amaba contra su costumbre de ciguapa, de tomar a los hombres y más tarde matarlos y que no descubrir su rostro y sobre todo sus ojos… Era preservarlo.

Victoria Chaya Miranda.

Mi principe

Mi principe...
Una vuelta de tu corcel,
y tus rizos, brillan con la luz del sol
Yo te espero en mi castillo de cristal , con mi vestido azul brillante
Me asomo por la ventana y tu me miras desde afuera, sonries…
Nos hemos encontrado y esto es amor…

Corro por el castillo, y a gritos aviso a mis súbditos,
que ha llegado mi príncipe azul, rió, lloro, alegría
Bajo las empinadas escaleras de mi castillo, y me enfrento…
con mi padre rey… A quien le confirmo la llegada de mi príncipe azul…


El asiente y se mantiene en silencio, yo me enojo
de su falta de euforia. Camino rápido no quiero tropezar,
cruzo los siete portones y protones que me separan….
Me acerco a ti príncipe mío, me acerco emocionada, escucho aplausos, gritos, risas…

Miro tus ojos que parecen de vidrio y …mi sonrisa
se cae a una zanja de agua, miro en ella mis ojos y están ausentes.
No recuerdo por que te esperaba, no recuerdo quien eres,
no recuerdo si me buscas, si te gusto, por que vivo, que estoy viendo

(Vuelvo sobre mis pasos, te doy la espalda, mi príncipe)

Vuelvo a mis portones, triste y abatida…busco una mirada
Tuya de luz, una segunda chance a ver si eres de verdad mi príncipe
Y veo que te has convertido en ceniza, que otra vez, dos hombrecitos
De bata azul me vienen a buscar y me llevan a mi cama a descansar…

V. Chaya Miranda

Porton de secretos.

PORTON DE SECRETOS

Los ojos que brillan con la calidez del fuego,

Aquellos que conocí sobre el agua dulce,

Esos que me descubren una y mil risas,

Que bajo la luna descubrieron mis sábanas y

Me invitaron a compartir, hoy, ahora, abriendo

Mi portón de secretos, rodeándome con la

Fuerza de lo que se siente. Hoy abro mis ojos y

Río, como aquella noche, una de tantas, en

La que, me relajé en tu mirada y descubrí

Que te me habías entrado en lo profundo de mi

Cuerpo, así que limpié mi alma de viejos miedos y

Reí de nuevo, viéndome feliz de recibirte,

De acercarme, de poder abrazarte entero,

Bienvenido a mi morada, mi calor…se queda contigo.


CHAYA.

Libro: A la luz de nuestros padres.

PROLOGO.

Al comenzar este libro me pregunto que fue lo que se desata en la mente para generar una ambigüedad, una tristeza, una adicción y una niebla…Que haga que el dialogo se convierte en una incógnita. Este libro habla de las situaciones de peligro interno, de dolores acerca de la poca capacidad de encuentro y del humor que torna las cosas mas suaves y simples.
Este es el relato de una mujer, del conflicto y de la fantasía. Y sobre todo de los sueños, de los grandes sueños, que una vida necesita cumplir.

Una necesidad de genialidad de sueños y de suaves tormentas, que poco a poco empiezan a surgir desde lo profundo del alma.
A algunas mujeres, como dice un famoso libro, “Nos duele ser mujeres”.
Este libro esta dedicado, a mi madre, dueña de una fuerza y valentía incomparables. A mi padre y maestro que no me deja soñar despierta. A mi gran maestra, y amiga del alma , que me ha recordado la capacidad de ser. A todos los maestros que se han encontrado conmigo. A mis parejas, compañeros de ruta, por compartir un poquitito de ellos conmigo, a mis enemigos por enseñarme. A mis hermanos de alma, compañeros del trabajo de la búsqueda, que me han aceptado con su corazón abierto. A mis hermanos de sangre, también, por ser parte de mi aprendizaje en la vida…
GRACIAS…