miércoles, 26 de septiembre de 2012



Diario de “Eso que llaman amor”

   Este laberinto al que según las normas debo llamar largometraje, hace que vea como diapositivas alrededor de 10 años de mi vida...Es como mirarme en un espejo de múltiples rostros, con la distancia del tiempo, y la cercanía de las emociones... Observo la cantidad de palabras que no dije…Tal vez por que en mi vida la palabra escrita es mas potente, auténtica indeclinable e interpeladora. A la palabra convertida en voz la considero en muchos momentos superflua, volátil, inválida, inconstante y en general,  precoz. Las mas descalificadas son estas nuevas herramientas de comunicación, incapaces de ser  intención, y sentimiento acerca de un suceso, si de “decir se trata”.  

     Mi madre tuvo muchas frases del  tipo  "hits" en su vida que sembró en mi mente como una especie de diccionario de la existencia ilustrada,  una de ellas fue: “La lengua mata”. Se ve que me tomé en serio el tema y decidí callar ciertas cosas… Con 3 personajes femeninos en la cabeza que me toman en cada inhalar y exhalar, recorrí también a mis múltiples mujeres: a las que ya no soy, a las que desconozco,  a las que les temo, a las que invoco cada dia, a las que busco…Y en un brotar de conmoción empiezo a  pensar acerca de   la plenitud de la palabra y de arriesgarme a decir esas palabras que enjuicio de volátiles, y repetirlas en el corazón. Cada vez que lo intento aparecen en mi todos los dispersores. 

   Esta película me sacudió de un tirón y me trajo a la vida...
   En realidad es la vida la que trajo a mi película,  o es la búsqueda de mi vida la que genero esta ficción.  Y de eso también queria tipear…La ficción,  a  la que considero la medicina de todos los males, ya que la realidad es el misterio de todos los tiempos, y a la mía la dejo en mi cofre de la vida, cerrado, profundo y sobre todo…Intimo.

Chaya.