Diario de “Eso que
llaman amor”
Este laberinto al que
según las normas debo llamar largometraje, hace que vea como diapositivas
alrededor de 10 años de mi vida...Es como mirarme en un espejo de múltiples
rostros, con la distancia del tiempo, y la cercanía de las emociones... Observo
la cantidad de palabras que no dije…Tal vez por que en mi vida la palabra
escrita es mas potente, auténtica indeclinable e interpeladora. A la palabra
convertida en voz la considero en muchos momentos superflua, volátil, inválida,
inconstante y en general, precoz. Las mas descalificadas son estas nuevas herramientas de comunicación, incapaces
de ser intención, y sentimiento acerca de un suceso, si de “decir
se trata”.
Mi madre tuvo muchas frases del tipo "hits" en su vida que sembró en mi mente como
una especie de diccionario de la existencia ilustrada, una de ellas fue: “La lengua mata”. Se ve que
me tomé en serio el tema y decidí callar ciertas cosas… Con 3 personajes femeninos en la
cabeza que me toman en cada inhalar y exhalar, recorrí también a mis múltiples
mujeres: a las que ya no soy, a las que desconozco, a las que les temo, a las que invoco cada dia, a las que busco…Y
en un brotar de conmoción empiezo a pensar acerca de la plenitud de
la palabra y de arriesgarme a decir esas palabras que enjuicio de volátiles, y
repetirlas en el corazón. Cada vez que lo intento aparecen en mi todos los
dispersores.
Esta película me sacudió de un tirón y me trajo a la vida...
En
realidad es la vida la que trajo a mi película, o es la búsqueda de mi vida la
que genero esta ficción. Y de eso también queria tipear…La ficción, a la
que considero la medicina de todos los males, ya que la realidad es el misterio
de todos los tiempos, y a la mía la dejo en mi cofre de la vida, cerrado,
profundo y sobre todo…Intimo.
Chaya.